La historia de la leche se remonta a hace unos 10.000 años, cuando los seres humanos comenzaron a domesticar animales para su uso en la agricultura y la alimentación. La leche se convirtió en una fuente importante de nutrición para los seres humanos, ya que es rica en nutrientes como proteínas, grasas, calcio y vitaminas (FAO, s.f.).
¿Cómo ha evolucionado esta bebida desde la domesticación de los animales a nuestros días? A continuación, encontrarás un breve repaso por los momentos más importantes de esta historia.
Los nómadas
A lo largo de la historia de la leche, la forma en que se consume este rico alimento ha evolucionado. Nuestros antepasados comenzaron a domesticar animales y, paralelamente, empezaron a explotar este producto, alrededor del 7000 a.C. Los diferentes hallazgos en el Mediterráneo y en Próximo Oriente revelan la importancia de la leche en la dieta de los antiguos pobladores. Sin embargo, vale recalcar que entonces se consumían otros tipos de leche (UAB, 2016).
El hecho de que la leche procediera de animales domesticados implicaba que debía ser recolectada y distribuida diariamente. Esto, a menudo, resultaba en una calidad inferior y un mayor riesgo de contaminación.
Historia de la leche: Edad Media
Para esta época, se cree que el consumo de leche era limitado. La razón de ello es que no existían mecanismos de refrigeración. Sin embargo, se cree que había algunas excepciones. Por ejemplo, en los países nórdicos se creó una tradición alrededor de los productos fermentados de la leche de cabra y de oveja. Entre los que se incluyen mantequilla y queso (Narvhus y Abrahamsen, 2023).
Sin embargo, los establos y las condiciones de los animales no eran óptimas. Estos a menudo eran mal alimentados y mantenidos en condiciones insalubres. Como resultado, la leche se contaminaba con facilidad. Además, no existían métodos de pasteurización como los conocemos hoy en día. Esto llevó a la propagación de enfermedades como la tuberculosis, la fiebre tifoidea y la difteria.
Historia de la leche: Siglo XIX
A medida que la demanda de leche aumentaba, los productores comenzaron a diluir la leche con agua. Esto permitía aumentar su volumen y reducir los costos de su producción. En consecuencia, hubo una disminución en la calidad nutricional de la leche y, además, persistía el riesgo de enfermedades transmitidas por su consumo.
Fue hasta mediados del siglo XIX que se desarrollaron técnicas para pasteurizar y homogeneizar (Bernés, 2015). Aplicar estas técnicas al proceso de la leche permitió que fuera más segura y fácil de consumir. Estas técnicas también se han aplicado a muchos productos lácteos diferentes como el queso, el yogur y la mantequilla.
A finales del siglo XIX, se implementaron regulaciones para mejorar la calidad de la leche y proteger la salud pública. También se crearon inspecciones y regulaciones industriales para garantizar que su producción y distribución fuera segura y saludable.
La leche en la actualidad
Actualmente, la principal leche para el consumo humano es la leche de vaca. Las técnicas modernas en su producción incluyen la homogeneización, la deshidratación, ultrafiltración y microfiltración. Estos procesos han permitido desarrollar características específicas para su variedad, tales como:
La leche que consumimos hoy en día aporta beneficios para la salud. Su composición la hace naturalmente fuente de calcio, un mineral importante para la salud de huesos y dientes, y de proteína. Además, no podemos olvidar las principales vitaminas de la leche, como la vitamina B12 y la D (FAO, s.f.).
Adicionalmente, en el transcurso de la historia de la leche, han aparecido productos alternativos. Hoy en día, las tendencias se orientan al surgimiento de las bebidas vegetales. Especialmente, por aquellas personas que presentan algún tipo de intolerancia a la leche. Por eso, siempre es importante hablar con un médico o un nutricionista para determinar qué cambios puedes hacer en tu dieta.
En conclusión, la historia de la leche nos ha acompañado en nuestro propio proceso de civilización. Sus beneficios y variedad se remontan desde tiempos muy antiguos. Actualmente, sus procesos de producción han evolucionado y nos permiten acceder a más y mejores productos lácteos. Y, lo más importante, sus beneficios enriquecen nuestra alimentación. Por ello, anímate a celebrar la importancia de este rico alimento, en el Día mundial de la leche.
Narvhus, J., & Abrahamsen, R. (2023). Traditional and modern Nordic fermented milk products: A review. International Dairy Journal, 142, 105641.https://doi.org/10.1016/j.idairyj.2023.105641