La reforestación y la importancia de que las empresas la realicen
Un grave problema ambiental de nuestro tiempo es la desertificación: es decir, la pérdida de suelo fértil y productivo. Para...
Leer másEl campo colombiano ocupa gran parte del territorio nacional. En términos estadísticos, las zonas urbanas representan una minoría: apenas el 3% de la superficie del país; el resto, son áreas rurales (80%) e intermedias (16%) (CEPAL, 2017). Pese a ello, la región rural disponible para la actividad agrícola y ganadera es desaprovechada en gran medida.
En este artículo, revisaremos tal realidad y enfatizaremos en la educación como herramienta para la transformación que necesita el país.
Las tierras con vocación agrícola y ganadera rondan los 37 millones de hectáreas, pero dos terceras partes de estas son desaprovechadas o están mal utilizadas. Por ejemplo, tan solo 5,3 millones de hectáreas son cultivadas (Carrascal, 2022). Esto se ve reflejado en el bajo aporte del sector al PIB nacional: un 0,2% en el 2020 (Portafolio, 2021).
A pesar de las cifras, cabe destacar que el campo es el origen de gran parte de la producción de alimentos en Colombia. Por eso, apuntarle a la producción y consumo local podría mejorar notoriamente la calidad de vida de los ciudadanos.
En este sentido, hay que examinar los retos y desafíos a los que se enfrenta el campo colombiano. Sin embargo, cabe resaltar que estos no surgen de una crisis reciente. Por el contrario, es una problemática de vieja data que incluye diversos factores socioeconómicos y políticos.
En 2022, las importaciones de agropecuarios, alimentos y bebidas representaron el 14,5% del total nacional (DANE, 2023a). Para tener una región rural que ocupa casi la totalidad del territorio, este valor es alto. Esto se debe a la alta concentración de tierras, el costo de los insumos y la falta de personas jóvenes en el área rural (Buitrago, 2022).
La pobreza en zonas rurales es mucho mayor que en las urbanas. El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), en 2022, en esas zonas era del 27,3% (DANE, 2023b). En este aspecto, desde Alquería, propendemos por ayudar a disminuir esta situación en las fincas ganaderas, en línea con los ODS. Aun así, para esta parte de la población, es difícil conseguir los insumos para trabajar. La causa de ello es:
Adicionalmente, se ha notado un éxodo de jóvenes de las zonas rurales. Al no ver oportunidades laborales o de crecimiento, deciden trasladarse a las ciudades (Buitrago, 2022). Así, la población rural disminuye y es mayoritariamente de edad avanzada. Por supuesto, esta población no puede trabajar ni producir tanto como antes.
Estos retos han sido asumidos la Fundación Alquería Cavelier frente al eje de la educación. De este modo, les permite tener una mejor calidad de vida a los jóvenes de hijos campesinos.
Con tal panorama, conviene saber qué es el desarrollo sostenible, pues aparece como una solución para mejorar el país. Este consiste en apostar al progreso social y económico, sin perder de vista el cuidado del medio ambiente.
Abordar el desarrollo del campo, desde la educación, es una estrategia de este tipo. Por ejemplo, la Fundación Alquería Cavelier se posicionará en 2025, gracias a nuestro foco en mejorar la calidad de la educación, fortaleciendo el talento joven.
Hoy en día, se requiere de una innovación social, para cambiar la visión de la población respecto del campo. Por ello, la educación es un excelente punto de partida. Al implementar estrategias de educación ambiental, se podrá capacitar a la sociedad para desarrollar y explotar el campo en Colombia.
Un ejemplo se observa con el proyecto MACA, creado en 2012, que busca promover la competitividad de los productores de leche en Colombia. El objetivo es igualar las oportunidades de los jóvenes del sector rural, a partir de sus cuatro ejes de trabajo:
Desde Alquería, ofrecemos una serie de programas educativos para la formación de los campesinos, como los anteriormente mencionados. Estos tienen como objetivo promover la competitividad de los productores del campo colombiano.
A través de acompañamiento, recursos y asesoramiento, nos interesamos en mejorar la producción local, para lograr un cambio a nivel del país. Por supuesto, en este propósito no dejamos de lado el cuidado ambiental. Así que incluimos diferentes acciones, como:
En conclusión, la apuesta al campo colombiano es necesaria para impulsar el desarrollo del país. Como hemos demostrado, la educación es la clave para lograrlo. Debemos incorporar, en la sociedad colombiana, un interés genuino y consciente por impulsar el área rural, para beneficio de la nación. Démosle al campo en Colombia el valor que se merece.