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La ética empresarial tiene que ver con la forma de actuar de una organización. Por lo tanto, orienta sus decisiones, su práctica en todas las áreas de trabajo y sus relaciones con los grupos de interés. Podría decirse que está asociada con hacer lo correcto en los negocios, tanto a nivel interno como externo.
Por ello, la ética en las empresas está ligada a la confianza y el compromiso que generan en los consumidores, clientes, proveedores, contratistas, inversionistas. En efecto, cuando una empresa se propone ser ética, buscará aplicar los principios y valores que inspiran su filosofía de gestión y desempeño corporativo (Velderrain, 2017). Estos fundamentos se ven materializados a la hora de tomar decisiones, legitiman las acciones ante la comunidad y consolidan una cultura empresarial responsable.
Por eso, hoy te contamos todo lo que debes conocer sobre ética empresarial.
Conceptualmente la ética hace referencia a un conjunto de principios y normas que rigen las actividades y comportamientos de una persona (Ucha, 2012). Ahora bien, la ética empresarial no es tan distinta. Trata de los valores que orientan el comportamiento de una empresa en los negocios y su impacto en la sociedad.
Así mismo, la ética empresarial debe entenderse como el grupo de valores y normas que surgen de la cultura organizacional (Camacho, 2021); pero que apuntan a un objetivo estratégico. Por ejemplo, cuando una empresa actúa éticamente, fomenta una cultura de integridad que motiva a sus colaboradores a actuar éticamente a nivel individual (UNODC, 2019) lo que se traduce en buenas acciones y decisiones diarias, que fortalecen la cultura, en un ambiente donde se mantienen relaciones basadas en la confianza con los grupos de interés y con la comunidad en general.
Entonces, a través de estos conceptos e ideales que orientan la ética empresarial se pueden identificar buenas o malas prácticas corporativas y diferenciar sobre lo que es correcto o inapropiado. No obstante, también debe comprenderse que cada empresa se enfrenta a una realidad ética particular. Esta dependerá de la naturaleza de sus operaciones (Carrillo, s.f.) y del compromiso de la alta dirección.
El Pacto Mundial de Naciones Unidas (Global Compact) pide a las empresas alinearse a los valores universales y promover los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Estos son algunos de los principios que orientan a la ética empresarial:
Las empresas deben promover el bienestar de todos los seres humanos (Elegido, 2018). Este interés hay que manifestarlo en la práctica, ya sea a través de la generosidad o de la acción social. Ello repercutirá en el entorno y también en la reputación de la empresa.
Las empresas deben mostrar su actuación de manera clara. Por lo tanto, ocultar información o generar mensajes confusos está reñido con este precepto (Eserp, s.f.).
El uso responsable de los recursos es una tarea prioritaria. No bastan las buenas intenciones, todas las empresas tienen un impacto medioambiental (Elegido, 2018). De ahí la importancia de su compromiso.
Hay que evitar formas de parcialidad, como el favoritismo en la toma de decisiones (Elegido, 2018).
Una empresa comprometida contribuye a mejorar las condiciones de vida del área donde opera (Eserp, s.f.). Por lo tanto, puede impulsar iniciativas dedicadas a elevar los estándares de salud, educación y bienestar económico (University Of Minnesota, s.f.). También, a promover y estimular el desarrollo sostenible y desempeñar un papel de liderazgo como parte de su plan estratégico de responsabilidad social empresarial.
Estos principios también invitan a las empresas a comprometerse a operar sobre una base ética en la que prime el respeto al empleado, al entorno, y que promueva las prácticas de mercado justas en términos de precio y trato al consumidor.
Por lo tanto, desde una perspectiva ética, las actividades empresariales deben ir más allá del cumplimiento legal y tener legitimidad ante la comunidad.
La consultora Deloitte (2016) señala que más que imponer un comportamiento ético, las organizaciones deben convencer a sus colaboradores de vivirlo. Se trata de que pasen de la obligación a la convicción por voluntad propia. De esta manera, habrá una mayor identificación con dichos principios y una mejor acogida.
Estas son algunas recomendaciones a tener en cuenta:
Alquería® se ha convertido en un referente en la ejecución de buenas prácticas empresariales. Por esta razón, en 2021 recibió la Certificación B del movimiento global liderado por B LAB en Estados Unidos.
Igualmente, Alquería® es la primera industria láctea en Colombia en contar con productos Carbono Neutro. “Planeta Larga Vida” es la iniciativa que apunta al uso eficiente de la energía eléctrica y térmica, y la transición a tecnologías limpias que permitan reducir la huella de carbono.
Adicionalmente, asumió el reto de desarrollar productos y empaques que buscan mitigar su huella ecológica en la cadena de valor. También, está orientada al aprovechamiento de los residuos, dándoles una segunda vida. Del mismo modo, está comprometida en iniciativas para ahorrar, tratar y reusar el agua.
Como podrás apreciar, una ética empresarial definida con claridad ayuda a orientar el desempeño corporativo y es un reto permanente para toda la organización.
Los invitamos a consultar la sección de Integridad y Transparencia de Alquería, para que puedan conocer cómo se gestiona internamente la ética en nuestra compañía: https://www.alqueria.com.co/conocenos/nosotros/integridad-y-transparencia